1. Ventajas económicas del alquiler turístico

  1. Incremento del gasto turístico
    • Según el informe Momento Económico de las Illes Balears, entre enero y noviembre de 2024 el gasto turístico alcanzó los 22.084,7 millones de euros, un aumento interanual del 12,3 %.
    • El gasto por persona también creció: se sitúa en torno a 1.198 €/persona y 188 €/día. 
    • Esto sugiere que el turismo —y por extensión, el alquiler turístico— sigue siendo un motor económico relevante.
  2. Alta demanda y pernoctaciones
    • Los alojamientos turísticos extrahoteleros (como apartamentos turísticos) en Baleares registraron un fuerte repunte: en enero de 2025 hubo 39.098 pernoctaciones, un 69 % más que en enero del año anterior, según el INE. 
    • Eso indica que hay una recuperación o fortalecimiento de la demanda para alojamientos no hoteleros.
  3. Gasto local derivado del turismo vacacional
    • Según un análisis de Airbnb, los turistas que se alojan en alquileres vacacionales en Baleares generaron 575 millones € de gasto (dato referido a casi un millón de visitantes). 
    • De ese gasto, en restauración fueron 100 millones y otros 116 millones en ocio. 
    • Eso sugiere que los alquileres turísticos no solo benefician a los propietarios, sino que también impulsan el consumo en el comercio local, hostelería, ocio, etc.

2. Costes e impactos sociales y urbanísticos

  1. Presión sobre el mercado de la vivienda
    • Según una encuesta de la Agencia de Estrategia Turística (AETIB) hecha en octubre de 2024, más del 75%de los residentes en Baleares considera que el turismo contribuye significativamente al aumento del coste de la vivienda. 
    • Además, el 61% de los baleares rechaza el alquiler turístico en viviendas particulares.
    • Este dato refleja la tensión entre la economía turística y el derecho a la vivienda de los residentes.
  2. Reducción de la oferta turística turística regulada
    • Según Exceltur, la oferta de viviendas de uso turístico en Baleares cayó: Palma tuvo un -10,1% y Eivissa un -11% en 2024. 
    • Esta retirada puede deberse a “inseguridad jurídica” y a un aumento de inspecciones y sanciones, lo que podría debilitar el negocio pero también reducir la masificación. 
  3. Turismo “no declarado” o alojamiento no regulado
    • Más de 2,2 millones de turistas en 2024 se alojaron en “casas de amigos” según algunos medios, lo que podría ocultar alquileres turísticos ilegales. 
    • La Federación Hotelera sugiere que muchos de esos supuestos alojamientos “amistosos” son en realidad pisos para turistas sin licencia o no declarados. 
    • Esto implica un desafío regulatorio: parte del alquiler turístico podría estar fuera del control fiscal y normativo.
  4. Presión demográfica / turística elevada
    • El Informe Mar Balear 2050 señala que la presión humana (visitantes simultáneos) ha crecido mucho: por ejemplo, el 7 de agosto de 2024 se registraron más de 2 millones de personas en las islas al mismo tiempo. 
    • En cuanto a la distribución de plazas turísticas, Formentera tiene un 47% de plazas turísticas en viviendas vacacionales; en Mallorca es 1 de cada 4, en Menorca 1 de cada 3. 
    • Esto añade presión sobre infraestructuras, servicios públicos y el medio ambiente local.
  5. Regulación creciente
    • Hay propuestas de subida de la ecotasa por parte del Govern balear para “contener el turismo” y medidas para gravar vehículos de alquiler turístico. 
    • Además, una encuesta local muestra que el 80,5% de los residentes está a favor de limitar el alquiler vacacional en viviendas particulares.
    • Estas tensiones reguladoras muestran que el modelo turístico tradicional podría no ser sostenible sin ajustes.

3. Riesgos y desafíos clave

A partir de lo anterior, los principales riesgos para el modelo de alquiler turístico en Baleares son:

  • Segregación social: el turismo podría exacerbar la desigualdad residencial si los precios de la vivienda suben por la presión del alquiler turístico.
  • Sostenibilidad ambiental: la alta ocupación puede dañar los recursos naturales, el medio ambiente y la calidad de vida de los residentes.
  • Incertidumbre normativa: si las regulaciones se endurecen (multas, inspecciones, límites de licencias), muchos propietarios podrían salir del mercado o no renovar sus actividades turísticas.
  • Competencia ilegal: la existencia de alojamientos no declarados socava a los alojamientos legales y puede distorsionar el mercado.
  • Dependencia económica: una economía muy dependiente del turismo puede ser vulnerable a crisis externas (como pandemias, cambios en la demanda, regulación).

4. Conclusión: ¿es un balance positivo o negativo?

  • Positivo, porque el alquiler turístico sigue siendo un motor económico muy potente: hay un fuerte gasto turístico, crecimiento en pernoctaciones no hoteleras y generación de ingresos para la economía local mediante restauración, ocio y otros servicios.
  • Negativo, porque los costes sociales, urbanos y medioambientales son cada vez más visibles: los residentes sienten la presión sobre la vivienda, hay riesgo de saturación y la regulación parece estar apuntando hacia una contención del modelo tradicional.

En resumen, el alquiler turístico en Baleares en 2024‑2025 está en un momento crítico: sigue siendo rentable y relevante, pero ya no se ve solo como un “motor sin freno”, sino como un modelo que necesita ser gestionado cuidadosamente para equilibrar beneficios económicos con sostenibilidad social y territorial.